No dirás que no es espectacular.
La semana pasada los dioses nos regalaron, de madrugada, una suave nevada que alegró nuestros corazones y decoró nuestras calles, plazas y jardines con un idílico manto de resplandeciente blanco...
Si logramos obviar el trastorno que supone para el tráfico, el frío que se pasa, los peligros de conducir en estas condiciones, la escasa visibilidad a través de las lunas congeladas, lo que tardas en volver a entrar en calor después de descargar de nieve los faros y el parabrisas... Puedes llegar a disfrutar de escenas tan esplendorosas como ésta que capté con los primeros rayos de sol.
Y sí, pasé frío en lo alto de la escalera de emergencias, mientras esperaba el momento indicado para accionar el obturador, pero valió la pena, ¿no crees?.
Insisto: Sólo es la cámara de un smartphone. Dame algo mejor y verás de lo que soy capaz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario