Hoy no hay niebla, ni viento, ni gente. No observo movimiento alguno. Nadie en el aparcamiento, como si, por equivocación, hubiese venido a trabajar en domingo. Pero hoy es miércoles, éso no lo cambia nadie, y esta quietud comienza a diluirse con el paso de una furgoneta por la pista de servicio. Empieza un nuevo día.
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