Después de apurar al límite el depósito de gasolina de mi Alita, ya sé lo que se siente cuando entras en la gasolinera mientras descubres que el puño del gas no responde y sientes cómo se consumen las últimas gotas del preciado líquido, rodando los últimos metros, hasta estacionar junto al surtido número cuatro, impulsado únicamente por la inercia... (...y gracias al buen tino de este motero, cada vez más experimentado, que ha sabido frenar lo justo para no quedarse en mitad de una rotonda).
No vale la pena apurar tanto. Luego vienen las averías, el quedarse tirado, las bromas del operario de la grua, los Men In Green y sus recetas...
¡Otra batallita para contar!
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| Nuevo record: 284,3 km con un depósito!!! |
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